miércoles, 25 de junio de 2008

Cuento de un Enladrillador

Hubo en tiempos pasados un Albañil o en Ladrillador que al parecer vivía allá por tierra de Anda-Lucia que bien pudiera ser en Granada, este Sr. Como era rico, si por el solo hecho el de tener muchos hijos que por lo menos serian diez de lo que presumía casi en todas las familias, pasaba como decía el Lazarillo de Tormes, la hambruna a viva el ingenio, muchos días ha ayunaban. Si durante la cena no habían podido hurtar un pedazo de pan así como calzarse el primero que se levantara.
Vamos a dedicar un poco de tiempo a la vida del bueno Juan de Dios que este era el nombre del albañil, que por el mucho tiempo que no tenia trabajo celebraba todas las fiestas de guardar y algún día mas San Lunes y San Martes y todos los días mas de la semana por haber puesto los nombre los días siguientes de la semana.
En el tiempo libre lo pasaba visitando a la Virgencita de los Milagros pidiéndole que le concediera un trabajo para poder alimentar a su familia por ser Católico y con mucha fe y pueda que la Virgencita escuchara sus plegarias y también por llamarse Juan de Dios pues bien sabia el clérigo quien era.
Erase un día de esos de su celebración y bien entrada la Noche llamaron a su puerta que presto se levanto haber quien pudiera ser a ciertas horas la sorpresa no fue chica cuando al abrir la puerta vio a un Clérigo alto y desnutrido que le hablo así: “se que eres Catolico con muchos hijos y buscas trabajo, ¿ Quieres hacerme una obra?”
A lo que el respondio:”Si, si lo paga bien, claro que si”
A lo que el Clérigo añadió ” pero tiene que ser con esta condición tengo que vendarte los ojos cuando te lleve al lugar de trabajo y cuando termine el trabajo tengo que taparte los ojos y devolverte a tu casa antes de quesea de día. Para empezar toma dos Onzas de oro y cuando termines el trabajo te daré mas”
Sin pensárselo dos veces se pusieron en camino hacia la casa del Cura donde vivía de alquiler, en esta primera Noche no se termino el trabajo que era hacer en una vieja taza de una fuente una bóveda, un Noche mas se repite la misma operación todo en la misma forma que la anterior, antes de terminar de cerrar la bóveda le dijo el Clérigo “tienes que ayudarme a encerrar aqui cuatro cadáveres que tengo escondidos en otra habitación”, al bueno de Juan se le puso el pelo de erizo al escuchar todo esto, mas confió en el Clérigo y accedió a todo pensando que todo era obra de su Virgencita, la sorpresa fu mayor cuando vio que no eran cadáveres sino cuatro Orzas llenas de monedas de oro, terminada la obra antes de que fuera de día le vendo los ojos llevándole a orilla del Rio Genil poniéndole en su mano cuatro monedas diciéndole esperate aquí hasta que escuches tocar las Campanas de la Catedral a la hora de Maitines entonces quitate la venda de los ojos, todo lo hizo al pie de la letra, con ese dinero pasaron días saciando tos sus necesidades y terminado el dinero se quedaron tan pobres como antes, pasado algún tiempo falleció el rico cura y en esa casa que tenia alquilada y el dueño tubo que alquilarla , mas los que fueron ha habitarla la abandonaron por que durante la noche escuchaban ruidos y lamentos de espíritus que les horrorizaba, a los que allí vivían. Por dicha casa pasaron mas de tres familias y en el abandono se empezó a deteriorar, su dueño un rico avariento quería repararla por poco dinero sin encontrar a nadie que quisiera hacerlo en ese momento se acordó del Albañil del pobre Juan de Dios fue haberle y le dijo , lo mismo que el Clérigo, “se que eres buen Albañil tienes muchos hijos y no tienes dinero si quieres hacerme un trabajo y no cobras mucho quiero lo hagas”. Cual no fue su sorpresa cuando recorriendo el patio reconoció que era el mismo donde antes hizo la mencionada bóveda por mandato del cura.
Entre ellos no hubo ninguna discusión por que le dijo al dueño déjame vivir aquí con mi familia y la reparo sin cobrar nada a lo que accedió gustoso una vez allí empezó a destrozar lo que el había hecho sin ningún temor de los Espiritus y los ruidos que antes eran escuchados pasaron a los bolsillos del bueno Juan de Dios el que después paso ha ser uno de los mas ricos de Grana.
Nunca quiso des velar este secreto hasta el ultimo día de su vida, dicen que la Fe mueve montañas aquí los cadáveres se convirtieron en oro

No hay comentarios: