viernes, 22 de agosto de 2008

Un Conejito en la Luna

Tal vez crean que fueron los Americanos los primeros en subir a la Luna, pues no es así, por que en cierta ocasión en contrabame yo hace muchos tiempos por aquellas Montañas donde habitaban los Incas Aymaras y Aztecas, de los que algunos de ellos luego vivieron en una Isla en forma de Caimán en la que España perdió y con ellas muchas vidas humanas a la que la dijeron: - ¡Cuando si de Cuba volví tenía la cara llorando por lo que atrás iba dejando!
En esta corta leyenda comprobaran que en su mayor parte todo es verdad, era una Noche de Luna llena en un mes de Junio y tan perdido estaba que sentome a descansar en una grande piedra y llegase allí un buen Conejo de esos que tienen largas orejas y largas sus patitas de atrás, es uno de esos que salen por la Noche para alimentarse en viendome muy cansado y fatigado pregunto el por que de todo esto, al que le explique mis deseos y la mucha hambre que tenia,,este animalito se condolió de mi estado ofreciéndome lo que tenia, era un Zacate, dije no gustar, el se fue a buscar hiervas y otras raíces que no eran de mi agrado para mi estomago, ya que no tenia otra cosa que ofrecerme dijo el Conejito Saltarín, ya que no tengo otra cosa que ofrecerte me ofrezco a ti para que me comas y puedas alimentarte, con todas estas buenas palabras quede tan satisfecho que desapareció la hambre al ver tanta generosidad, yo siendo creyente invoque y ore a sus dioses me concedieran el deseo que el Conejito tuviera, estos así lo trasmitieron y el deseo se cumplió fue tal como lo escribo, dijo lánzame a la Luna en la cual estaré entre las Tormentas del Océano, Copernico y Arquímedes, Mar de las Lluvias, tómele en mis manos le alcé al alto a la vez que oraba dio un saltito y quedo allí para que todos lo vieran en las Noches de Luna llena en el mes de Junio, ahora estoy algo disgustado desde que los Rusos enviaron a la Luna a la Perrita Laika por que esta anda dándole Caza, no creo lo consiga por ser muy listo y yo le mando energías para que se esconda.
Hoy puedo decirles otra vedad he conocido a una bella Jovencita, guapa y lista que pueda ser descendiente de aquellas familias, los Incas, Aymaras y Aztecas la que en nada se parece ha aquella del Cantar del que se decía el Conejo de las Coles.
Pequeño gigante

1 comentario:

Anónimo dijo...

Este relato, o cuento, me gusta más. A mí, por lo menos, me ha atrapado. Me parece muy logrado en su conjunto, tiene más fuerza y un mayor poder de evocación.

Resulta conmovedora la humanización y generosidad del “Conejito Saltarín”, llegando hasta la propia inmolación, si fuera necesaria, con tal de satisfacer el hambre del coprotagonista.

Hay algo de liturgia, y rezuma magia el momento en que: “Tomele en mis manos, le alcé al alto, a la vez que oraba, dio un saltito y quedó allí...” También es un bonito recurso y un hallazgo muy ocurrente lo de la “Perrita Laika”, su intento de “caza”, y las “energías” que tú le mandas. Todo ello da, para mí, una mayor fuerza e interés al relato.

Es comprensible que intentes introducir en él episodios cotidianos, de la vida real, como sucede en el último párrafo; pero, ten cuidado, aun teniendo la “bella jovencita” relación, por sus orígenes, con los Incas, Aymaras y Aztecas, hay una ruptura entre el cuento y esto último. No tiene nada que ver lo uno con lo otro, si no es por la alusión a los orígenes de la bella. Creo que es una licencia literaria que sólo se puede aceptar por lo que tiene de testimonial.

Y, por último, el recurso y la alusión al “cantar...el Conejo de las Coles”, todos sabemos que se trata de un conejo camuflado.

En conjunto me ha gustado mucho. ¡Requeteenhorabuena!

Tino Agus