miércoles, 23 de julio de 2008

En busca de un Diploma

Esto no es para mí, es para el hijo de un compañero que todos los días a la hora de comer esta conmigo. Bueno bebo de lo suyo que es un vino de una marca que tiene una familia muy pudiente de esos que dicen Don Dinero poderoso caballero, vivían en un lugar que mas tarde ustedes tienen que averiguar, ahora solo les cuento esta en la Ribera del Rió Duraron, este lugar fue cuna de uno que le decían el Santo y otro llamado el Sabio, también tenían una finca en un lugar de España en Salva la tierra de los Barros, no lo se como pudieran hacer eso el DIA que lloviera, por que además era tan grande como esa que dice Placido Domingo cuando canta a Luisa Fernanda, ahora nos vamos en compañía de uno de los hijos que su nombre es Sandalio y quiere ser medico , no se cual es el motivo de no poder estudiar en Salamanca y hubo de hacerlo en Valladolid, en sus ratos libres le gustaba como a todos los jóvenes salir con jóvenes guapas y enamorase de una la que trabajaba con toda su familia en una pequeña empresa que al parecer no debían ser muy pudientes por que todos trabajaban en Cueros y en pelotas, le imagino a ustedes que están pensando con paso corto y mala intención lo que pudiera ser y no lo es, cierto es que trabajaban en Cueros pero estos son los cueros de los Toros y de los Corderos, de los cuales hacen Pelotas de esas de jugar en los Frontones que aparte del juego es ejercicio y deporte.
El joven Sandalio a parte de Medicina también practicaba el alegre trabajo de estudiar eso de enología, bueno eso de probar la calidad y el sabor del buen vino al que tomo mucha afición y aquí se gano el diploma, este es el titulo Melopea todo por el mucho tiempo que pasaba en las bodegas que están debajito del Castillo donde la temperatura es igual en invierno que en verano y con tanto tomate uno y tomate otro falto poco para olvidarse de la Medicina.
No ocurrió así, y al final se licencio dándole para remate una plaza en el Pueblo de Rueda , allí poco falto para perder el control por seguir probando esos caldos de rostro Pálido, a todo esto un buen DIA se le vino al a luz de su memoria el nombre de aquella joven llamada Luzdivina, fuese a buscarla ella le abrió sus brazos poniéndole por condición abandonara ese vicio lo prometió y cumplió y todo a su debido tiempo se casaron y vivieron en compañía siéndole tan fiel como el Castillo de Peñafiel

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